Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad. 
1.268 habitantes y su gentilicio es ainzonero. 
Valle del Huecha a 64 Km de Zaragoza. Ainzón es la capital del Imperio de la Garnacha, aunque contiene numerosos tesoros más allá del vino. Su Fiesta de la Vendimia reúne las mejores bodegas de la zona en una celebración de singular valor turístico y gastronómico.
Monumentos de distintas épocas conforman un cuadro de singular valor, enmarcado en un entorno excepcional. La arquitectura de Ainzón no solo se escribe con ladrillo y yeso, sino también con agua y hoja. Acequias y barrancos, junto con el río Huecha, salpican un paisaje que estremecerá tus sentidos. Si prestas atención, podrás descubrir su flora y fauna más peculiar.
En un lugar tan bello, la vida resulta mucho más agradable. Los numerosos viñedos destilan un valioso perfume; los cientos de bodegas de los vecinos de Ainzón muestran el fruto de este trabajo. También las huertas y los campos cercanos inundan de sabor las mesas de toda la Comarca.
Ainzón tiene un sabor excepcional. ¿Por qué no lo pruebas?
La vida en Ainzón está marcada por el ritmo de la tradición. El paloteado es el latido de sus gentes, que honran a sus santos con alegría y devoción. El 14 de septiembre, fiesta de la Santa Cruz, los danzantes se reúnen en la plaza para celebrar una tradición que se remonta al s. XV.
El 15 de septiembre se celebra la Fiesta de la Vendimia donde todos los municipios que integran la Denominación de Origen Campo de Borja participan en la elaboración del primer mosto de la cosecha, que se ofrece al patrón de Ainzón: el Santo Cristo de la Capilla.
La celebración de San Sebastián el 20 de enero es un momento del año en que vecinos y visitantes se dan cita de nuevo. Las hogueras sirven como auditorios improvisados, con el tradicional pastel de chorizo como protagonista de la velada.
Los orígenes musulmanes de Ainzón pueden palparse en su propio nombre: “zona de agua dulce”. El territorio fue reconquistado por Alfonso I el Batallador en 1121 y pertenecerá a los Luna hasta 1435, cuando pasa a ser propiedad del Monasterio de Veruela.
La belleza de su historia puede apreciarse desde la entrada a Ainzón. La puerta de la villa, un arco de medio punto culminado por un frontón triangular, da paso a varias casas solariegas de los siglos XVI, XVII y XVIII. Dentro de este valioso patrimonio destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, una joya barroca del siglo XVII. En su interior pueden admirarse tallas de singular valor, especialmente la del Santo Cristo de la Capilla. En los alrededores de Ainzón se encuentra la ermita de San Roque y San Sebastián, del s. XVII.
La Denominación de Origen Campo de Borja inicia en Ainzón su temporada de vendimia. No en vano, algunos de los mejores vinos de la Comarca se elaboran en sus bodegas, entre las que destacan Bordejé, Cabal y Crianzas y Viñedos Santo Cristo de Ainzón. El vino está en la sangre de los ainzoneros. En los cientos de bodegas que se agrupan en el cerro se elaboran auténticos vinos de autor, aderezados según el gusto de cada familia. Los viñedos no son solo paisaje, sino que componen una arquitectura que se mejora año tras año.
Junto al vino convive un néctar dorado de singular valor. El aceite Sierra de Moncayo bebe de los mejores olivos de la zona para ofrecer una esencia que nunca olvidarás.
El cultivo de la tierra es un arte que se ha perfeccionado en Ainzón. La tecnología más moderna convive con las técnicas tradicionales, que tallan en cada huerto las joyas más singulares. Los tractores surcan los campos para cosechar un sabor excepcional. Sabores antiguos y modernos se entremezclan en los fogones de Ainzón. En sus establecimientos podrás probar los platos tradicionales de la Comarca, además de saborear nuevas creaciones a partir de los productos más conocidos.
El paisaje de Ainzón suscita la admiración de todo visitante por su rica composición y gran variedad de colores. Este entorno está modelado por numerosas acequias y barrancos, que aportan tonos frescos.
Numerosos senderos y rutas de BTT conectan Ainzón con Bureta, Borja o Magallón. Destacan la ruta que conecta la villa con el Monasterio de Veruela y la vía verde del Escachamatas, que pasa por la estación abandonada de Ainzón.
La magia de Ainzón puede saborearse en el Garranguero, un espacio situado a orillas del Huecha. Un paseo de plataneros da paso a una zona de camping en la que los ainzoneros comparten largas tardes de verano.
El río Huecha acoge una rica fauna, además de una cuidada naturaleza que sumerge al turista en una estampa de ensueño, un hechizo que solo puede vivirse en Ainzón.
Nuestro destino turístico, al igual que el territorio, está sujeto a medidas excepcionales como consecuencia de la Covid-19.
Por ello debe saber que cuando nos visite: museos, restaurantes, bodegas, eventos, alojamientos, etc., han podido modificar desde sus horarios, limitaciones de aforo e incluso condiciones de apertura.
A fecha de hoy, y con una situación tan cambiante, resulta imposible mantener la información actualizada día a día de todos y cada uno de los recursos del destino. Es por ello que le recomendamos que cualquier servicio que desee disfrutar a lo largo de su estancia previamente se ponga en contacto con el proveedor y confirme su intención de visita. Cualquier cambio que pudiera sufrir el mismo se lo harán saber directamente.
Quedamos a su entera disposición, sea bienvenido/a en La Ruta de la Garnacha
Quienes somos
